lunes, 30 de junio de 2014

Las organizaciones y la responsabilidad social 2da fuente

2da fuente
La responsabilidad social de las organizaciones: Situaciones y perspectivas

Roberto Solarte Rodríguez

El concepto de responsabilidad social fue empleado con anterioridad a la década de 1960, pero después de esos años, ha recibido una enorme atención porque en ellos emergieron asuntos sustanciales: los derechos civiles de las minorías, la exigencia de equidad de las mujeres, la protección del medio ambiente frente a  la  comunicación causada por las empresas, la seguridad en los lugares de trabajo, los derechos de los consumidores. El impacto de estos asuntos cambio las reglas de juego para las  empresas.



En general se ha usado para decir que las empresas tienen responsabilidades que van más allá de la producción de bienes y servicios y de rendir utilidades.
Se emplea para señalar que la empresa tiene un campo de responsabilidades más amplio que servir a sus dueños o accionistas; el término “Stakeholders” se ha introducido para expresar esas amplias responsabilidades.
También se usa para decir que la empresa se relaciona con la sociedad no solo a través de las transacciones de mercado, sino que sirve a un amplio conjunto de valores sociales.
Pero el concepto de responsabilidad social es básicamente un concepto ético.  Implica las nociones de los fines mismos de la existencia social y enfatiza la realidad social de las organizaciones que las orienta hacia mejorar la calidad de vida de la sociedad.
La palabra “responsabilidad” indica la acción de responder por los resultados de las propias decisiones y acciones;  la palabra “social” recuerda que esas decisiones y acciones afectan a otros.



La responsabilidad social es el punto de intersección de varias tensiones: los escándalos por la mala gestión de grades empresas, que contaban con esquemas y comités de ética, han llevado al esfuerzo de los últimos años por la buena administración, que siga pautas transparentes de gestión, aseguradas por mecanismos y gestión ética; hace ya varios años viene creciendo la importancia de los fondos de inversión ética o religiosa, las finanzas de preferencia ecológica, los fondos de inversión socialmente responsables, que han venido tomando conciencia de su importancia, y avanzando hacia formas de contabilidad que incluyan la generación de valor en términos económicos, sociales y ambientales, a la vez que se discute sobre la forma de hacer sostenible la gestión de las organizaciones y de que su acción se oriente efectivamente hacia el desarrollo sostenible, la aceptación de la realidad social de las organizaciones, ha llevado a desplazar el foco de los esfuerzos de la simple producción de utilidades para los dueños o accionistas, a la nueva cuestión de la producción de valor en y con las partes interesadas o stakeholders: sus usuarios o consumidores, los empleados y las organizaciones sindicales, las organizaciones no gubernamentales y comunitarias, el ambiente, las instituciones públicas y los proveedores, siendo estos el foco de mayores discusiones en los últimos años, finalmente, ha habido desde más de 20 años múltiples desarrollos en el campo de los informes, balances sociales y certificaciones sociales de la organización.
Junto con estas realidades, la sociedad mundial en su conjunto ha experimentado una  creciente expectativa por encontrar que cualquier organización no solo incremente sus utilidades financieras, sino que, a la par, es sociablemente responsable y ambientalmente sostenible.



Dado que la globalización de las economías y la información produce efectos muchas veces contradictorios, si no paradójicos, desde las diversas iniciativas sociales y ambientales se plantea el desafío de como idear un acercamiento estandarizado a la responsabilidad social, que sea a la vez flexible y practico, y que ayude al ejercicio del control ciudadano sobre la globalización, orientado la gestión de las organizaciones hacia el desarrollo humano sostenible de las diversas sociedades.

En consecuencia muchas organizaciones se encuentran motivadas para mejorar la gestión de su responsabilidad social, por razones como: la reputación, el acceso de capital, la necesidad  de fortalecer su competitividad, la mejora de la eficiencia de su administración, la innovación, la motivación de sus empleados y una adecuada gestión del riesgo; pero tal vez lo que más fuertemente motiva a las organizaciones es la comprensión de que la claridad en la gestión de su responsabilidad social se ha ido convirtiendo en una licencia social para operar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario